domingo, 21 de agosto de 2011

La sabiduría del pueblo (*)

Estamos terminando el mes de enero, donde nuestra Provincia se viste de celeste y blanco alimentando la argentinidad con los grandes festivales de folclore.

     Nuestro patrimonio cultural tradicional se nutre de todo lo que la comunidad ha sabido seleccionar para bendecir (bien decir) sus anhelos, esperanzas, inquietudes y necesidades. Este quehacer del pueblo a través del tiempo ha permitido crear un legado cultural que expresa y celebra la identidad Nacional, afianzando así la pertenencia.

     La palabra folclore proviene del inglés "folklore" compuesta de folk (gente, pueblo) y lore (tradición o conocimiento). El conocimiento popular o la Sabiduría del Pueblo. Eso es el folclore.

     Mapuches, Aimaras, Quechuas, Guaraníes… tenían sus propias formas expresivas -tanto utilitarias como ceremoniales- que acompañaban su cotidianeidad. El ingreso repentino y vigoroso (a veces violento) de otras modalidades, trajo como consecuencia un fuerte choque cultural que en un principio desconcertó, pero que luego abrió espacios para nuevas formas expresivas. Cada una aportando lo suyo para bien decir, cantar y bailar aquello que ahora es lo nuestro.

     Comparto con ustedes una historia que me contó un médico amigo sobre lo ocurrido con un compañero suyo en los años de residencia en el sur argentino.

     Al entrar en la sala donde estaba internado un miembro de la comunidad Mapuche se encontró con el hechicero. Éste, con hierbas medicinales, realizaba un rito sanador alrededor de la cama del enfermo. Inmediatamente el médico universitario echó del hospital al médico de la comunidad mapuche acusándolo de inculto y supersticioso.

     Cuando el director del Hospital tomó conocimiento del hecho, casi termina expulsando al médico residente. Lo amonestó diciéndole: “Nosotros llegamos a esta región no hace más de cien años, trayendo nuestra medicina universitaria. La comunidad Mapuche hace siglos que viene curando las enfermedades y cuidando a sus enfermos con su sabiduría ancestral, sin embargo aceptan venir también a nuestro Hospital. ¿Cómo vos no vas a recibir a su médico para aprender de esta sabiduría popular lo que no aprendiste en la universidad?”.

     La Sabiduría Popular nace de la experiencia. El gaucho tiene su “cencia”, como tan bien nos señala José Hernández:

"Aquí no valen dotores,
Sólo vale la esperencia;
Aquí verían su inocencia
Esos que todo lo saben,
Porque esto tiene otra llave
Y el gaucho tiene su cencia".

(Martín Fierro, 1,9)

La convocatoria de enero y febrero en torno al folclore, no debería ser sólo la añoranza de un tiempo que se fue para contraponerlo a las nuevas expresiones culturales.

     Jesús nos enseña que "todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo" (Mt 13,52).

     Amigos, los invito a vivir este tiempo “festivaleros” como una gran liturgia donde celebramos las raíces profundas de nuestra Argentina. Y aunque la palabra folclore proceda del idioma inglés, sería bueno aprender de la Sabiduría Popular, también en la lengua de muchos de nuestros abuelos, lo que nos enseña nuestro Martín Fierro:

Ij fratej ch'a sio unì
cola a l'è la lege prima,
devo conservé soa stima
e mai l'han da fesse 'l muso
përchè se tra lor a ruso
coj da fòra a-j sàuto 'nsima.

(Martin Fèr 2, 32, traducción Francisco M. Tosco,
corrección gramatical Prof. Ronal Comba)

Hasta el próximo encuentro.

Jorge Trucco


(*) Artículo publicado en Faro Familiar en enero de 2011.



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