Hoy comparto contigo la reflexión del Diácono Lucas Trucco.
“Comienzo compartiendo una poesía que es para niños de jardín de infantes:
El patio de mi escuelita
se vistió todo de fiesta
sol en todos los rincones
y flores en las macetas.
En cada boca una estrofa
con sabor a patria nueva
y en cada pecho argentino
prendida una escarapela. (Carlos D. Puig)
El 25 de Mayo es un día para vestir de fiesta nuestra vida, porque somos de este país. Tal vez quisiéramos haber nacido en otro lugar o irnos a vivir a otra parte, pero la realidad nos dice cada mañana: “Usted está aquí” –como dicen los carteles en esos lugares grandes donde uno se pierde a cada momento. El festejo del 25 de Mayo quiere, al igual que aquellos carteles, ubicarnos donde estamos, vivimos, nos movemos.
Podemos estar de acuerdo o no con la política actual, criticar a los de arriba o a los de abajo, mirar a otra bandera con cariño, ser simpatizante de tal o cual ideología, pero lo que no podemos es olvidarnos de que un país es más que una porción de territorio, es una comunidad que trata cada día de caminar junta.
Nunca debemos olvidar que, por más que algunos días grises cubran nuestros días, el sol siempre está –como afirma una vieja canción- latente para salir a iluminar nuestro caminar, para salir a darnos el calor de la esperanza y la confianza en los que caminan a nuestro lado.
Cuando nuestros niños dicen: “En cada boca… en cada pecho”… es más que un lugar físico, es saber que la patria se construye desde adentro, desde el alma. Y esto se expresa en las familias que se juntan a comer; en las manos amigas que aprovechan el feriado para tomar unos mates con torta frita; en los que, acordándose de las veces que sus abuelos y abuelas los visitaron, salen con todo el tiempo del mundo, y sin medir los minutos, a visitar a esos hombres y mujeres que traen la vida gastada por los años vividos y entregados por amor.
Esto es la patria: “celebrar juntos, estar juntos”. Este es el país que queremos. Más allá de creencias y políticas, todos estamos llamados a tender una mano amiga, porque antes nos la tendieron a nosotros: la señorita y compañeros del colegio, los profesores de la secundaria, los compañeros del trabajo, la familia. Todos somos deudores de ayudar a construir la comunidad, porque cada día, y entre todos, hay que construir la Patria nueva.
Cuando esta semana del 25 de Mayo prendas la escarapela en el pecho recordá que el amor a los colores celeste y blanco no sirve si queda en el egoísmo y la ambición. Recordá que al país lo hacemos entre todos. Es verdad que hay mucha gente que no le interesa y hace la suya, pero la gran mayoría de las personas que habitamos este país apostamos cada día por algo mejor.
Quizás no todos trabajan como uno quisiera, o no piensan igual que nosotros, pero cada uno desde lo que es y tiene ayuda a formar la herencia de quienes vienen detrás de nosotros. Porque lo cierto es que un día todos partiremos, y nuestros nombres quizás no sean recordados, pero nos iremos con la conciencia alegre y el corazón contento de que dimos todo lo que teníamos, que dejamos la marca en este suelo, que apostamos por lo mejor, y por sobre todas las cosas, que nuestro esfuerzo en el anonimato un día hará sonreír a los niños que orgullosos de su país y su gente recitarán: “El patio de mi escuelita (mi país) / (Hoy) se vistió todo de fiesta”.
¡Feliz Día de la Patria!
Hasta el próximo encuentro
Jorge Trucco
E-mail: jftrucco@gmail.com
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