¡Hola amigo!
El sábado 24 celebramos el Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Una fecha de la que quizás no todos están convencidos, y tampoco todos entendemos lo mismo. Para algunos es una cuestión política, para otros, una oportunidad de darle lugar y voz a lo que por años estuvo silenciado. Es que lo mismo no pasa en lo cotidiano en otros ámbitos de la vida. Hay quienes tienen memoria, quienes prefieren borrar y empezar de cero, quienes nunca recuerdan nada y a quienes les molesta, y mucho, el hacer memoria del pasado.
La pregunta quizás pueda ser: ¿memoria para qué? Memoria de la historia, de los hechos y acontecimientos vividos, porque los pueblos que no recuerdan su pasado están condenados a repetir los mismos errores. Por eso decimos: “NUNCA MÁS.” Porque hacer memoria nos ayuda valorar las cosas buenas y seguir diciendo NUNCA MÁS a aquéllas que no han sido buenas, ni justas, ni dignas.
Este ejercicio no sólo nos ayuda a nosotros, sino también a las nuevas generaciones. Cuando tenemos que hacer memoria, necesitamos escuchar todas las voces, que todas las partes puedan tener las mismas posibilidades de expresarse. Pero hay una “realidad” que también tiene voz. Es por eso que podemos tener visiones diferentes de los hechos, podemos hasta justificar acciones realizadas de una manera determinada, pero todo queda juzgado a luz de la realidad de los hechos.
Volvemos la mirada hacia una historia de la cual, muchos han sido protagonistas, y otros la reciben como historia vivida por aquéllos. Quienes tengan que hacer una mirada objetiva, necesitarán tener en cuenta que cuando las cosas han tocado la carne propia, se sigue sufriendo el dolor de lo vivido. Quienes reciban lo vivido por otros, necesitarán recordar que no se trata de ser jueces de quienes vivieron la historia en carne propia.
Se trata de poder mirar desde la clave de la dignidad y la justicia los hechos, y buscar juntos los medios y las formas para que quienes obraron contra la ley, respondan ante la justicia, y para que quienes obraron en justicia puedan ser tomados por la comunidad como inspiración de los tiempos que vivimos.
No se trata de estar a favor o en contra, sino de asumir con responsabilidad y madurez una postura desde la cual podamos mirar la historia y decir: “NUNCA MÁS a los atropellos, desapariciones y torturas; NUNCA MÁS a la violencia y al uso autoritario del poder en cualquier ámbito de la vida.”
Una memoria que busca la verdad y la justicia, siempre será el camino más humano y más digno para toda sociedad democrática y libre. Esta fecha no es una cuestión de derecha o de izquierda, sino de dignidad y de respeto a los Derechos Humanos. Ojalá que todo lo que hagamos en torno a esta fecha, nos sirva para asegurar en nuestra sociedad la paz y la fraternidad. ¿No te parece? ¿Qué despertó en vos esta fecha?
Recuperar la dignidad de todo lo humano es lo que celebraremos el 25 de marzo en la liturgia católica: la fiesta de la Encarnación del Hijo de Dios.
¡Un abrazo y hasta el próximo encuentro!
Jorge Trucco
E-mail: jftrucco@gmail.com
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