¡Hola amigos!
El feriado nacional del 24 de marzo nos invita a reflexionar. “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla". (1)
La búsqueda y la lucha por la justicia no deberían abrir las heridas, sino por el contrario, deberían ayudarnos a curar las heridas en nuestros vínculos institucionales e interpersonales. La justicia es la base de la construcción social, porque “justicia sin misericordia es crueldad y misericordia sin justicia genera disolución.” (2)
El objetivo de esta jornada nos invita a aprender de la historia para no repetir los errores del pasado y para potenciar sus logros y virtudes. Por eso no es bueno recordar sólo lo malo del pasado, y peor aún, recordar lo malo que “hicieron otros” olvidando nuestros propios yerros. También nos hará bien recordar a tantas y tantos que entregaron su vida por la verdad y la justicia. Nos hará bien dialogar, para recordar toda la historia, porque “una verdad a medias, es una gran mentira”. No debemos olvidar que la verdad nos hará libres.
Al compartir con ustedes estas convicciones, no estoy pensando solamente en la década del ’70, aunque la conmemoración del lunes nos remite a ella. Tampoco estoy pensando sólo en los distintos estamentos del Estado, sino también en las dirigencias políticas, empresariales, sindicales… también en las dirigencias eclesiales… Los totalitarismos de todos los tiempos sembraron y siguen sembrando la desconfianza, el miedo y el individualismo con eslóganes como: “algo habrán hecho”, “no te metás”, “el silencio es salud”, desarticulando las construcciones comunitarias, porque el miedo nos paraliza.
Al conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia necesitamos dialogar. Aprender a dialogar. No cansarnos de dialogar. “Necesitamos ser pacientes si queremos entender a quien es distinto de nosotros… Necesitamos ternura… Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.” (4)
Para recordar la integridad de la historia, para sanar las heridas, para conocer la verdad, para construir la justicia… necesitamos dialogar. ¿No les parece?
Hasta el próximo encuentro.
Un abrazo
Jorge F. Trucco
E-mail: jftrucco@gmail.com
1 Marco Tulio Cicerón.
2 Santo Tomás de Aquino.
3 cfr. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, 8,32
4 Papa Francisco, “Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro”, Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2014.