domingo, 5 de agosto de 2012

Cò foma?

Cò foma? (¿Co fuma?) 

¡Hola Amigo!

Iniciamos el mes de agosto, mes en el que desde varias organizaciones comunitarias se ha llamado Mes de la Solidaridad, conmemorando el nacimiento de Madre Teresa de Calcuta, el 26 de agosto y en Chile, la muerte del Padre Alberto Hurtado, el 16 de agosto. Ambos incansables luchadores de la justicia social y de la dignidad de las personas. En el mes de la solidaridad te invito a “abrir los ojos” y ver nuestra dolorosa realidad.

     Hay 925 millones de personas desnutridas en el mundo. Esto significa que al menos una de cada seis personas no tiene alimentos suficientes para estar saludable y llevar una vida activa. El hambre y la desnutrición son considerados a nivel mundial el principal riesgo a la salud, más que el Sida, la malaria y la tuberculosis juntas.

     Además del hambre que se siente cuando se tiene el estómago vacío, también existe otro tipo de hambre: el hambre oculto. Éste es producto de la deficiencia de micro-nutrientes y hace a las personas más susceptibles a las enfermedades infecciosas, perjudica el desarrollo físico y mental, reduce la productividad laboral y aumenta el riesgo de sufrir una muerte prematura.

     La desnutrición a una temprana edad reduce el desarrollo físico y mental durante la infancia. El retardo en talla o desnutrición crónica, como se le conoce, afecta a más de 147 millones de niños en edad pre-escolar de los países en desarrollo (Situación Mundial de la Nutrición, Comité Permanente de Nutrición de la ONU). Los dos primeros años de vida son la "ventana de oportunidad" para prevenir la desnutrición infantil, que causa un gran daño irreversible.

     Cò foma? ¿Qué hacemos con esto? ¿Qué podemos hacer? La impotencia, el dolor, el desconcierto… pueden llevarnos a preguntarle a Dios: “¿Por qué pasa esto? ¿Qué hacés por estos hermanos y hermanas?” Cuando Jesús  vio a una muchedumbre que acudía a él, percibiendo el hambre de la multitud, le preguntó a Felipe: “¿Dónde compraremos pan para darles de comer? Me parece que lo escucho a Jesús preguntándonos: “Cò foma?

     Jesús le preguntó a Felipe y nos pregunta a cada uno de nosotros, porque quiere involucrarnos. Como en aquel tiempo, también hoy Jesús puede recibir distintas respuestas desde el miedo cuantitativo: “¡No tenemos plata!, ¡son muchísimos!, ¡no se puede hacer nada!…"

     El Evangelio nos relata que un niño compartió cinco panes y dos pescados. Jesús dio gracias y los distribuyó. Todos comieron hasta saciarse ¡y sobró! Es el milagro del compartir, ¡El escándalo de compartir! “Hacer que abunde el pan en la mesa de la humanidad… y no disminuir el número de los convidados al banquete de la vida”.

     Amigos, en este Mes de la Solidariad, los invito a que compartamos. Abramos esa “ventana de la oportunidad”. Descubrí “tu” forma de ayudar. Que no nos asuste el número, que nos entusiasme la generosidad. El remedio contra la desnutrición, también en Argentina, no pasa tanto por la plata que dispongamos. El remedio contra la desnutrición tenemos que buscarlo primero en nuestros corazones. ¿Cò foma?

     Hasta el próximo encuentro.

Jorge Trucco
E-mail: jftrucco@gmail.com


[1] Cfr Jn 6,1-15
[1] Pablo VI, Alocución a los Representantes de los Estados, ONU, 4 de octubre de 1965.

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